Eco, bio, orgánico… ¿Hay alguna diferencia? Desentrañando la confusión

A estas alturas, las palabras ecológico, biológico, orgánico y las abreviaturas eco y bio, están totalmente integradas en nuestro vocabulario. Las vemos en la televisión, en redes sociales, en vallas publicitarias y, sobre todo, en el supermercado. Están en las conversaciones de trabajo y en la calle. Pero ¿te has parado a pensar qué significan realmente? ¿En qué se diferencian?

No te preocupes, todos hemos tenido esas mismas dudas alguna vez. Sin embargo, la respuesta es sencilla:

No hay ninguna diferencia.

Como lo oyes. Es común acudir a internet para tratar de desentrañar el enigma. A causa de ello, la confusión se ha hecho más y más grande y cada persona dice una cosa distinta. Y es que hay cientos de páginas que alimentan la confusión y que explican las supuestas diferencias de este tipo de alimentos. Pero, como te decimos, la realidad es mucho más sencilla.

En este artículo nos hemos propuesto acabar de una vez por todas con la confusión: cuando hablamos de ecológico, biológico y orgánico, o de las abreviaturas eco o bio realmente estamos hablando de lo mismo.

El Reglamento (UE) 2018/848 del Parlamento Europeo y del Consejo sobre producción ecológica y etiquetado de los productos ecológicos recoge los términos protegidos en cada país miembro para hacer referencia a este sistema y, en España, son: ecológico, biológico y orgánico.

Cabe destacar que estos alimentos están producidos por un sistema de gestión sostenible que se basa en una serie de principios, tales como el respeto de los sistemas y los ciclos naturales; la conservación de elementos del paisaje natural; la utilización responsable de la energía y recursos naturales o el mantenimiento de un nivel elevado de bienestar animal, entre otros. Además, para su producción no se han usado Organismos Genéticamente Modificados (OGM) y tienen limitado el uso de fertilizantes artificiales, herbicidas y plaguicidas.

En este sentido, de lo único de lo que tienes que preocuparte es de la etiqueta. ¡Que no te la cuelen! No basta con que el embalaje sea verde, parezca artesano o tenga un nombre que remita al campo. Si no tiene la Eurohoja, no es un producto eco o bio. La Eurohoja es el rectángulo verde con una hoja formada por estrellas blancas que habrás visto cientos de veces en las etiquetas de muchos productos.

¡Echa un vistazo aquí y lo entenderás a la primera!

Cuando consultes la etiqueta de un producto, ten en cuenta estos cuatro puntos:

  1. Que aparezca la palabra ecológico, orgánico, biológico o sus abreviaturas eco o bio.
  2. Que contenga el sello de la Unión Europea: la Eurohoja.
  3. Que aparezca el código del organismo de control que certifica el origen del producto y las materias primas.
  4. Que aparezca el logotipo de la entidad de certificación -aunque esto es optativo-.

Así sí, ¿no? Como ves, era mucho más fácil de lo que te habían contado.

Así que, recuerda, cuando eliges alimentos con la Eurohoja, estás apostando por el futuro. ¡No lo olvides! El futuro está en tu mesa.